LARGAR UN PERRO



Parecía una consulta habitual aunque por un medio inusual para este tipo de consultas, vía whatsapp, hasta que sus palabras hacían pensar que no buscaba ayuda. Su perro sería sacrificado, según afirma ella, por recomendación veterinaria. Esto nos hizo suponer que se trataba de un caso de agresividad hacia personas pero qué sorpresa deparó la conversación. Su delito ha sido solamente gruñir, gruñir a las personas con las que convive y gruñir a su nieto, de tan solo 1 año de edad. Nunca ha mordido ni ha lanzado la boca, solo ha gruñido y se le ha erizado la base de la cola. Y es que han visto mucho un programa de la televisión y eso, cuenta ese señor que sale en la pantalla, debe de ser corregido y no saben cómo “dominar” a su perro. Y es que esta conversación particular parece que es algo común por lo que comentan algunos profesionales que les sucede a ellos también. Por lo tanto hay algunos puntos a considerar:

  1. Ese perro no necesita ser dominado, necesita ser comprendido.
  2. Gruñir no es agresividad, es una forma de comunicarse, de intentar que cese la hostilidad de su entorno y de su familia hacia él.
  3. Si tanto preocupa la seguridad de un niño, hay que comenzar por que ese perro se sienta seguro y así se puede conseguir que un niño esté seguro.
  4. Ese perro no quiere atacar, si quisiera hacerlo, un niño de un año no sería muy difícil de ser atacado, independientemente de su raza.
  5. Haber acudido antes a un adiestrador, si es que tan siquiera lo era, en una finca privada, sin reunir las condiciones para ser un centro canino, no es una forma de solucionar el problema, ya que el problema está en tu casa, no en una finca.
  6. Esta persona tuvo otro perro de raza similar que también acabo siendo agresivo. Se puede empezar a pensar que si cada perro que cae en esa familia acaba siendo “agresivo”, el problema estará en dichas personas y no en los perros, aunque hubiese sido un bichón maltés.

Se le ofreció nuestra ayuda pero sus palabras solo servían como un muro de rechazo. Su consulta solo tenía como objetivo largar al perro, sacarlo de su casa porque no lo quiere. Dice que busca un hogar para él, pero le importa poco, seguro, donde vaya ni cual sea su futuro. Y es que este caso nos ha recordado a otro que estamos haciendo actualmente, donde un perro de la misma raza si que mordía , aunque podía aún hacerlo más fuerte y contundente, y desde que está con nosotros ha dejado de morder sin necesidad de usar un bozal para evitarlo y sin sacarlo de su entorno habitual; pero no es magia, es solamente una familia que se comprometió y que decidió cambiar el modo de relacionarse con dicho perro. Que lástima que esta persona no tenga ni la intención de gastar saliva en una llamada, sino que escribe un puñado de frases en el móvil para intentar solucionar su problema, no el problema del perro.

Estamos encantados de poder ayudar a las familias a convivir y restablecer dicha convivencia entre humanos y perros pero no somos un canal de largar perros porque esto no es una adopción es una patada a un ser vivo sintiente. Y sabemos que lo de sacrificarlo no sucederá, que es una estrategia para acelerar un proceso y encontrar alguien que caiga en tu “trampa” porque la conversación se cierra con “si te enteras de alguien que lo quiera, avísame”.

Solo esperamos que el tiempo haga justicia sobre esa persona y cuando sea mayor y empiece a gruñir, sus hijos y nietos, la larguen de casa porque no se sienten seguros. Cada día me avergüenzo más de como son algunos humanos, esos con los que comparto la especie, y cada día me dan más lástima los perros, esos que viven en un infierno, porque no todos los infiernos están llenos de palizas, hay infiernos donde la hostilidad psicológica es insoportable.

Este post no tiene como fin avergonzar a esa persona sino expresar la emoción de rabia que da ser testigos de este tipo de circunstancias y de paso, si alguien está en una situación similar o peor, que busque ayuda, pero ayuda real porque no todos los adiestradores o educadores tienen la formación necesaria para estos casos, que los busquen porque si que los encontrarán.

 Nos vemos en el siguiente artículo.


Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

"El adiestramiento en positivo, no solo es premiar, es respetar"



ESO DEL ADIESTRAMIENTO… NO FUNCIONA



En una de nuestras últimas sesiones, una persona nos comentaba que un compañero de su trabajo estaba empleando un collar de descargas para que su perro acudiese a la llamada. Esta persona le comentó que estaba con nosotros y que los cambios en el perro eran significativos, a lo que respondió su compañero que había acudido con anterioridad a un adiestrador y no le había servido de nada, a diferencia del collar de descargas si que le servía, lo que le llevó a sentenciar con la frase “eso del adiestramiento no funciona, no creo en ese tipo de cosas”. 

En primer lugar, estamos en contra de los sistemas de castigo, como ya hemos repetido en infinidad de ocasiones, ya que no solucionan ningún problema, a lo máximo inhibe al perro, con todas las consecuencias que conlleva. En segundo lugar, nos llevó a una reflexión sobre esa frase. Para poder comprender mejor, pondremos un ejemplo con otra profesión, los médicos.  Si una persona enferma y acude a un médico, existe la posibilidad de que el resultado no sea el esperado, o bien porque el diagnóstico no sea correcto o el tratamiento no sea el adecuado. ¿Y qué hacemos en ese caso? ¿Nos lanzamos a los curanderos o sanadores?¿O buscamos otro profesional que sea mejor que el anterior? Nadie piensa que la medicina moderna sea inútil o una perdida de dinero y tiempo. Existen médicos brillantes, buenos profesionales que realizan bien su trabajo aunque no destaquen y, luego, están los mediocres. A nadie le debe de ofender que en todas las profesiones haya personas mediocres que no cumplen un mínimo de calidad, por baja motivación, formación, etc. ¿No va a existir ese tipo de personas en el mundo canino?

Dentro de una intervención, existe un diagnóstico donde evaluar al perro y los problemas que han llevado a las personas a ponerse en contacto con nosotros. En ese primer contacto, nos podemos encontrar con personas que presentan poca implicación, que no están dispuestas a cambiar nada en su manera de interacción con el perro o en su entorno y que, por lo tanto, la intervención no podría llegar a completarse con éxito. Seguro que el sujeto del que hablamos partía de una actitud inicial similar, con baja o nula implicación, el “hágamelo usted que yo no tengo tiempo y para eso le pago”, que buscó la opción más económica en lugar de la mejor opción porque para lo que iba a servir…y llegó a alguien mediocre como él, uno como cliente y otro como profesional, si tan siquiera esa era su profesión y no su hobby.

El mayor afectado será el perro, ese perro que vive atemorizado al frío tacto de los electrodos sobre su cuello. La persona y el adiestrador, no estuvieron nunca a la altura de la ayuda que necesitaba ese perro y, sobre todo, su guía nunca tuvo la intención real de solucionarlo, ya que conocemos personas que han acudido a un primer adiestrador o centro y han llegado a buscar alternativas, cuando no se solucionaban, hasta fuera de su provincia, sin dejar de tener la esperanza que alguien les ayudaría.

Nos vemos en el siguiente artículo.


Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

"El adiestramiento en positivo, no solo es premiar, es respetar"