EL SIENTAPERROS




Hoy os traemos a estas líneas una figura que es muy habitual de ver dentro de este sector profesional, una figura que podemos encontrar en cualquiera de las metodologías que se desarrollan en el panorama nacional. En este sector existen adiestradores, educadores, técnicos en modificación de conductas y en un nivel diferente, el sientaperros.

Solo debemos de ver una de sus páginas para ver en que consiste. Esta figura desarrolla todo su trabajo a través de esta conducta distribuidora, el sentado. Para el sientaperros, un perro educado es un perro que se sienta y permanece en esa conducta independientemente de lo que pase a su alrededor, pudiendo sentar a un perro, a dos, a tres… en la escuela, delante de un monumento, en una terraza…  Si el perro tiene problemas, el sientaperros  hace que el sentado sea la llave “mágica” que hace que el problema desaparezca (o eso hacen creer a la persona que vive con el perro) ya sea mirando hacia su guía o hacia cualquier otro punto. Si el perro se trata de un cachorro, el sientaperros le muestra de manera insistente que el sentado será la clave de una vida tranquila con su familia. Cuando el sentado está consolidado, puede conseguir, debido a sus virtudes, que el perro haga exactamente lo mismo con el tumbado y que continúe el espectáculo de nuevo.

¿Qué necesita entonces un perro en lugar de estar todo el día realizando sentados? Un perro educado es aquel que sabe las normas básicas que establece la sociedad sin necesidad de ser inducido por un guía para realizarlas.. En el caso de un perro con problemas, se debe de solucionar en el origen de esos problemas y enseñarle a gestionar de manera autónoma aquello que causa el comportamiento no deseado. En el caso del cachorro, existen numerosos puntos antes de llegar a enseñar un sentado, como pueden ser desarrollar unos protocolos sociales adecuados, poder quedarse solo, la habituación a diferentes entornos y estímulos… Como muchas veces preguntamos en nuestras intervenciones ¿cuántas veces puede sentarse un perro a lo largo de un paseo de 15 minutos? ¿No es mejor enseñar muchas cosas antes que a sentarse un perro como puede ser, por ejemplo, a tener un mínimo de autocontrol o saberse relacionar con otros perros?

Cada uno puede decidir qué hacer y dónde acudir, con quién dejar su dinero y su tiempo pero debemos de comprender que un perro es un ser vivo, con emociones y que piensa, y que sentar a un perro para todo no es más que tener una máquina en la que no se tiene en cuenta ni lo que el perro siente ni lo que necesita, ni es un perro educado, ni es la vía de solucionar los problemas, ni será un cachorro preparado para gestionar todo lo que va a experimentar en la sociedad actual.

Nos vemos en el siguiente artículo. 


Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

"El adiestramiento en positivo, no solo es premiar, es respetar"