SOMBRAS DE PERROS





¿Existe la verdad absoluta en el mundo del perro? ¿Alguien puede considerar que sabe todo sobre perros? En numerosas páginas e intervenciones en las redes sociales podemos leer la sentencia: “eso del adiestramiento en positivo es una moda que con el tiempo desaparecerá y se volverá a modelos anteriores”. La sociedad y la ciencia no dejan de evolucionar, no existe la involución en ninguna rama de la ciencia, entonces ¿por qué iba a ser diferente para el estudio del comportamiento canino? Ante cualquier progreso habrá detractores, personas que se sienten seguras en su zona de confort sobre el conocimiento, sintiéndose amenazados ante la duda de qué aquello en lo que creen o que practican sea falso.

Todos habrán oído alguna vez la  “Alegoría de la caverna” de Platón, que establece el punto en el que se encuentra el conocimiento humano respecto la verdad absoluta. ¿Y qué relación tiene esto con el mundo del perro?

Si consideramos los primeros estudios sobre el perro para aprovechar sus capacidades, viajaremos a los inicios del siglo XX. Este punto de inicio sería el mundo de oscuridad donde poco se sabía sobre el comportamiento de los perros y su aprendizaje en tareas tan específicas, por lo que se comenzó a investigar su comportamiento.

Hacia finales de siglo, entraríamos en el punto que se establecieron las famosas teorías de dominancia y sumisión, una situación que arrojaba algo de luz pero en el que se seguían viendo sombras. ¿Si el perro buscaba un lugar de jerarquía sobre las familias humanas, como pudieron convivir con nosotros tantos miles de años? Se seguía viendo una sombra distorsionada sobre el perro que más se asemejaba a un monstruo que planeaba sobre nuestra propia existencia que como un amigo cooperativo.

Ya comenzado este siglo, comienza a extenderse la idea de que el perro posee una jerarquía con los miembros de su especie, pero sin el empleo de violencia intraespecífica. Por otro lado, se ha demostrado la naturaleza cooperativa entre el perro y el hombre, pudiendo realizar cualquier aprendizaje sin el empleo de ningún tipo de sistema aversivo. Esta figura empieza a dibujarnos la silueta del perro pero, seguramente, seguimos lejos de la verdad. Estamos en la entrada de la cueva, donde comenzamos a entender la naturaleza del perro.


Las últimas corrientes de estudio se centran en las motivaciones del aprendizaje, tanto intrínsecas como extrínsecas  y cómo influyen las emociones en el propio aprendizaje. Todo esto servirá para poder aprovechar al máximo las grandes capacidades que tienen, en beneficio del ser humano y del bienestar del propio perro.

Las últimas décadas se ha investigado mucho sobre los perros pero el camino no ha llegado a su fin, a esa verdad absoluta. Por lo tanto, cualquier profesional que trabaje en el sector debería ser autocrítico con los métodos, con las herramientas y buscar una evolución para que, en conjunto, lleguemos a estar más cerca de conocer a fondo a los perros. Habrá gente que siga viviendo en la sombra y nunca salga de ahí, y habrá gente que estando en la sombra descubra el camino de la luz y seguro que sentirá remordimientos de cómo trató a ciertos perros pero avanzará para que los que vengan después puedan ser ayudados de un modo más eficaz y más respetuoso.

Nos vemos en el siguiente artículo. 


Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

"El adiestramiento en positivo, no solo es premiar, es respetar"



PROGRAMAS DE CACHORROS



La etapa de cachorros abarca desde su nacimiento hasta la entrada en la adolescencia que es visible con el primer celo en las hembras y la bajada de los testículos en el caso de los machos. Una duda que surge a muchas personas cuando llega un cachorro a casa es cuándo es el momento ideal de comenzar con un programa de educación específico de cachorros o un programa de adiestramiento. Lo primero que se debe de conocer es la diferencia entre educar y adiestrar, como se explicó en el siguiente artículo:


Sabiendo la diferencia, las personas pueden recibir informaciones, profesionales y de particulares, contradictorias entre sí que hablan de comenzar nada más llegar y otros que indican que no se debe de comenzar antes de los 6 meses. Cuando se trabaja en un sistema basado en castigos, se espera hasta esos 6 meses para que el cuerpo del perro (sobre todo el cuello) esté preparado para soportar la intensidad de la aplicación de dichos castigos. Sin embargo, en los métodos respetuosos, aquellos en los que no se hace uso, bajo ningún concepto, del castigo positivo, se puede comenzar en cualquier momento sin que haya una edad mínima, habiendo, incluso, criadores que comienzan programas de educación antes de la separación de la camada con 8 ó 9 semanas.

Tenemos que entender que con la propia llegada del cachorro a su casa definitiva, la familia comienza a poner límites a la convivencia y en esta etapa existe infinidad de aspectos que “trabajar” como son los hábitos higiénicos, las pautas exploratorias, la intensidad de la mordida, los paseos y todo lo que conlleva… Llegado este punto, alguien puede pensar que mientras el cachorro no salga a la calle, no es necesario pero ¿cuántas horas pasa un perro en casa? Más de un 80% se desarrolla en casa y hay muchas rutinas que crear para que la convivencia en armonía dentro de la familia. Si además tenemos en cuenta que las habituaciones al exterior deben de ser progresivas, se puede comenzar antes de los 3 meses como recomiendan muchos profesionales veterinarios con una formación actual, tomando una serie de precauciones fundamentales para evitar enfermedades contagiosas graves.


Por lo tanto, ¿es necesario contratar los servicios de un profesional ante la llegada de un cachorro? No estrictamente pero es aconsejable para poder entender los procesos de aprendizaje naturales de un cachorro atendiendo tanto a su desarrollo físico como a su desarrollo emocional. Cuando el cachorro llega a casa es un molde intacto en el que el paso de los días y las normas que se implanten y cómo se haga darán forma a ese molde.

Nos vemos en el siguiente artículo. 


Jonathan Andrés Arredondo,
Educador canino en “ECHALE UNA PATA”. León

"El adiestramiento en positivo, no solo es premiar, es respetar"